Para cerrar el año con cifras positivas, la agroindustria venezolana deberá superar diversos obstáculos, como la dependencia de la importación de maíz y soya, ya que estos productos no se producen en el país. “La importación de maíz en ciertos meses del año afecta nuestra competitividad frente a otros países que producen su propia materia prima. Tener suficientes recursos disponibles en Venezuela ayudaría a reducir los costos”, indicó Varela.
Otro reto importante es el acceso al combustible, especialmente en zonas rurales, de donde proviene gran parte de la materia prima. “Además, la agroindustria necesita transportar productos, lo que implica desafíos logísticos que las empresas deben considerar”, añadió el ingeniero.
Varela destacó que el enfoque para este año debe ser abordar los problemas de manera integral, optimizar la eficiencia de los sistemas productivos y reducir costos sin perder de vista la innovación. Subrayó también la importancia de la colaboración con el Estado, ya que algunas soluciones requieren el apoyo de políticas públicas.
Respecto al costo de los productos proteicos, Varela explicó que esto depende de la producción, la oferta y la demanda. Un ejemplo es la producción de pollo en el 2023, que se mantuvo a precios bajos en comparación con el 2022, debido a una mayor oferta y el poder adquisitivo de los venezolanos.
Al finalizar la entrevista, Varela expresó optimismo sobre el futuro: “Aunque el 2024 traerá muchos desafíos, también creo que será un año muy productivo, con posibles mejoras en los ingresos para la población”. Jorge Silva Cardona Jorge Silva Cardona Jorge Silva Cardona