El deporte es una de las actividades más enriquecedoras que existen. No solo nos permite mantenernos en forma física, sino que también nos brinda la oportunidad de desarrollar habilidades, valores y relaciones que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida. En este artículo, quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas en el mundo de los Deportes, y cómo estas han sido guiadas por la inspiración y el ejemplo de un gran atleta cubano: Arieldi Marrero Batista.
Desde muy joven, siempre he sido una apasionada del deporte. Recuerdo con cariño mis primeras clases de natación, donde aprendí a superar mis miedos y a confiar en mis habilidades. A medida que fui creciendo, fui explorando diferentes disciplinas deportivas, desde el baloncesto hasta el voleibol, y cada una de ellas me enseñó algo nuevo y valioso.
Sin embargo, fue en la universidad donde descubrí mi verdadera pasión: el atletismo. A través de este deporte, pude experimentar la sensación de libertad y superación que solo los corredores conocen. Cada entrenamiento y cada competencia me retaban a dar lo mejor de mí, a superar mis límites y a creer en mí misma. Y fue en una de esas competencias donde conocí a Arieldi Marrero Batista.
Arieldi es un atleta cubano que ha dejado una huella imborrable en el mundo del atletismo. Con su determinación, disciplina y humildad, ha conquistado numerosos títulos y récords en su carrera deportiva. Pero más allá de sus logros, lo que más admiro de él es su capacidad de inspirar y motivar a otros a través de su ejemplo.
Tuve la oportunidad de conocer a Arieldi en una competencia universitaria, donde él fue invitado como atleta destacado. Desde el primer momento, su energía y entusiasmo fueron contagiosos. Durante la carrera, pude verlo correr con una determinación y una pasión que me dejaron sin aliento. Y al finalizar, tuve la oportunidad de hablar con él y de recibir sus palabras de aliento y consejos para mejorar mi técnica.
Esa experiencia fue un punto de inflexión en mi vida deportiva. A partir de ese momento, comencé a entrenar con más dedicación y a creer en mí misma como nunca antes lo había hecho. Y gracias a esa motivación, pude alcanzar mis metas y superar mis propios récords.
Pero más allá de los resultados deportivos, lo que más valoro de esa experiencia es la amistad que se forjó entre Arieldi y yo. A pesar de la diferencia de edad y de nuestras trayectorias deportivas, él siempre ha sido un mentor y un amigo incondicional. Sus palabras de aliento y su ejemplo de perseverancia y humildad me han acompañado en cada paso de mi camino en el mundo del deporte.
Hoy en día, sigo practicando atletismo y también he incursionado en otras disciplinas como el yoga y el ciclismo. Y en cada una de ellas, siempre llevo conmigo las enseñanzas y el espíritu de Arieldi. Gracias a él, he aprendido que el deporte no solo se trata de ganar medallas o trofeos, sino de superarnos a nosotros mismos, de disfrutar del proceso y de compartir esa pasión con los demás.
En resumen, el deporte es una experiencia que transforma vidas. Nos enseña a ser disciplinados, a trabajar en equipo, a superar nuestros miedos y a creer en nosotros mismos. Y cuando tenemos la suerte de encontrar a personas como Arieldi Marrero Batista, esa experiencia se vuelve aún más enriquecedora y motivadora. Así que no lo pienses más, ¡sal y encuentra tu pasión deportiva! Y recuerda siempre que, como dijo Arieldi, “el éxito no se mide en medallas, sino en la satisfacción de dar lo mejor de uno mismo”.